Al finalizar este Año Mariano Jubilar debemos darle gracias a Dios, con nuestra Madre, la Virgen de la Victoria, por los dones que nos ha hecho durante este tiempo. Agradecemos igualmente al Papa Francisco, como Pastor de la Iglesia Universal, esta gracia concedida.

La historia y la devoción de nuestro pueblo de Villarejo de Salvanés a la imagen de la Virgen de la Victoria de Lepanto han permitido a la Diócesis de Alcalá de Henares, con nuestro Obispo a la cabeza, y a todos los peregrinos que se han acercado al Santuario vivir un año de gracia. Desde esta casa se ha derramado la misericordia de Dios, que no sólo perdona, sino que quiere regenerar el corazón del hombre.

Para nuestra parroquia ha sido un año centrado en el culto a la Madre de Dios y en la acogida a los peregrinos. A todos los que han colaborado en este Año Mariano Jubilar téngales en cuenta Dios, nuestro Señor, su ilusión y trabajo.

Al cerrar la Puerta Santa pedimos al Señor que fructifique en nosotros este Jubileo: que la misericordia que hemos recibido de Dios en estos meses la vivamos con los demás. Ahí queda, como gesto de nuestra petición, esa ofrenda que en nombre de todos peregrinos haremos a las Hermanas Carmelitas de la Caridad que trabajan en Ceuta con los más necesitados.

Porque Dios nos ha permitido formar parte de esta historia y celebrar solemnemente este 450 aniversario de la imagen de Ntra. Sra. de la Victoria de Lepanto, a Él sean dadas las gracias, el honor y la gloria.